Brave ha querido romper con muchos de los estereotipos que los niños han ido aprendiendo a lo largo de los años con las películas de Disney, pero aun así ha caído en muchas de sus representaciones.
Brave sea una chica intrépida y rompedora con los roles normales de una princesa, pero su entorno sigue estando dominado por los hombres, son los padres de los chicos que quieren conquistarla los que los presentan, y no las madres. Aunque claramente se puede ver en la familia de Mérida, el Rey el único papel que tiene es el de hombre fuerte y robusto y la madre es la que domina todas las situaciones y manda incluso sobre los otros Lords.
Siempre ha existido la subordinación del personaje femenino al masculino, pero Mérida rompe con ese tópico ancestral y se rebela contra los propósitos de su madre y de todas sus generaciones anteriores, no quiere ser una mujer sumisa a su marido ni a ningún hombre porque la historia así lo escriba. En este caso la vida de la protagonista no gira en torno a conseguir un hombre atractivo y fuerte que se case con ella sino en ser ella misma la que maneje los hilos de su vida, no quiere ser un objeto de deseo de los hombres por ser atractiva o por simplemente ser la princesa.
Mérida es la primera chica que realiza tareas de hombre, como el tiro al arco, sin convertirse en uno de ellos. Por ejemplo, Mulán tomó las características de un hombre cuando se convirtió en guerrera, pero Mérida no cambia sus vestidos y su melena alborotada a la hora de montar a caballo, tirar con arco,…
Hay dos características con los productores de la película no han cambiado en comparación con los anteriores films, el enemigo del reino, el oso Mor’du, es de color negro, queriendo demostrar así su dureza y su papel de antagonista, por otro lado, toda la sociedad representada en la película como una sociedad de feudal, el Rey es el máximo representante y de ahí se van ramificando todos sus súbditos, los lords, las criadas, los soldados,…
Se puede concretar todo lo anterior en que Brave ha intentado romper con todos los estereotipos que las películas han ido transmitiendo a los niños y niñas durante muchos años, pero aún queda un largo camino que recorrer.
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